La listeria está causada por una bacteria que vive en el suelo, el agua, el polvo y los residuos animales. Las carnes que no están debidamente procesadas, la leche sin pasteurizar y las verduras crudas contaminadas por estiércol o tierra son más propensas a transmitir la listeria. Los principales síntomas son náuseas, dolores musculares, fiebre y diarrea. Para la mayoría de las personas sanas, la enfermedad no representa una amenaza y generalmente pasa en unos pocos días.
En algunos casos, especialmente en las mujeres embarazadas, los ancianos y las personas con sistemas inmunológicos débiles, los síntomas pueden ser potencialmente mortales. Conocida como listeriosis, los síntomas incluyen dolor de cabeza, rigidez en el cuello, confusión, pérdida del equilibrio y convulsiones. La listeriosis afecta al sistema nervioso y es mortal en el 20% de los casos.