Grasa: Existen tanto grasas buenas como grasas malas. El cuerpo necesita las grasas buenas (sanas) para producir energía, absorber las vitaminas y mantener con salud el corazón y el cerebro. Por ejemplo, el omega 3 (una grasa sana) es esencial para nuestra salud física y emocional. Las grasas sanas (llamadas grasas insaturadas) se pueden obtener de los aceites de oliva y de colza, aguacates, aceitunas, frutos secos, semillas, pescado azul (atún, salmón, sardinas...). Las fuentes primarias de grasas saturadas son la carne roja, la piel de ave, los productos lácteos de leche entera y la mantequilla. Las grasas malas (grasas trans) se encuentran en los alimentos envasados, bollería, margarina y alimentos fritos.