No hay ninguna prueba específica para el Alzheimer. En primer lugar, el doctor necesitará descartar las enfermedades que compartan síntomas similares, como infecciones, déficits de vitaminas y tiroides (de un análisis de sangre), depresión y efectos secundarios de medicamentos.
El doctor también hablará con la persona sobre su historial médico y sobre cómo sus síntomas están afectando a su vida. También le podrán pedir que haga algunas pruebas de habilidad mental.
Se podrá remitir al enfermo a un especialista que evalúe el desarrollo de los síntomas con mayor detalle, incluyendo la memoria y otras habilidades mentales. Esto incluye pruebas con lápiz y papel. Cuando se realizan pruebas a un paciente con Alzheimer, a menudo olvidan detalles con rapidez y son incapaces de recordar detalles recientes.
Se podrá llevar a cabo un escáner cerebral, el cual podría mostrar si se han producido cambios. Los escáneres cerebrales más comunes son TAC (tomografía computadorizada) y resonancia magnética.
Un escáner descartará algunas enfermedades como derrames, tumores o acumulaciones de fluidos en el cerebro que puedan generar síntomas similares al Alzheimer.