La hepatitis es una inflamación del hígado. El hígado es un órgano vital que procesa nutrientes, filtra la sangre y lucha contra las infecciones. Si el hígado se inflama o sufre daños, su función puede verse afectada.
La hepatitis viral es la causa de infección más habitual, pero contraer un virus no es la única forma de contraer hepatitis. La enfermedad también puede tener su origen en una variedad de factores, entre los que se incluyen el abuso del alcohol, el consumo de medicamentos recetados y de venta libre, la exposición a sustancias químicas tóxicas y las enfermedades autoinmunes.
En la actualidad, la hepatitis viral es un grave problema mundial de salud pública que causa una enfermedad hepática aguda y crónica y mata a más de un millón y medio de personas cada año. Las infecciones virales del hígado incluyen la hepatitis A, B, C, D y E, y pueden dividirse en:
Enfermedad aguda: aparece y desaparece con la misma rapidez.
Enfermedad crónica: dura más de seis meses y puede avanzar a lo largo de los años, incluso décadas, dando lugar a la cicatrización del hígado, cáncer de hígado y fallo hepático.
La hepatitis A normalmente solo causa una infección a corto plazo (aguda) que su cuerpo puede tolerar, mientras que en el caso de la hepatitis B, C y D, es posible que sea constante y crónica. Las formas crónicas son más peligrosas. La hepatitis E suele ser aguda, pero puede ser especialmente peligrosa en mujeres embarazadas.