Diabetes
tipo 1

El tipo más común de diabetes en niños es la diabetes tipo 1 o juvenil. El tipo 1 es una enfermedad autoinmune de por vida (crónica) que impide que el páncreas produzca insulina. Cualquier persona de cualquier edad puede desarrollar diabetes tipo 1, aunque la edad más común en el momento del diagnóstico es entre los 4 y los 6 años, y en la adolescencia (entre los 10 y los 14 años). Un niño tiene mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 1 si un miembro de su familia padece la enfermedad.

¿Sabías que...

Si tienes diabetes tipo 1, debes tomar de media más de 300 decisiones al día relacionadas con el consumo de alimentos, la actividad y la insulina, solo para controlar los niveles de azúcar en sangre.

Síntomas de la diabetes en niños

Los síntomas de la diabetes tipo 1 suelen ser leves al principio y empeorar de forma progresiva o ser más intensos con el tiempo. Los síntomas pueden ser diferentes para cada niño e incluyen:

Ir mucho al baño: el cuerpo intenta deshacerse de la glucosa extra en la sangre mediante su eliminación a través de la orina. Esto significa que a veces los niños pueden empezar a mojarse en la cama.
Tener mucha sed: cuando el volumen de orina aumenta, también lo hace la sensación de sed.
Fatiga extrema: el cansancio es un síntoma común, ya que el cuerpo no puede funcionar correctamente sin la energía suficiente.
Hambre, a veces excesiva, asociada con la pérdida de peso: cuando las células del cuerpo no pueden usar la glucosa de los alimentos, descomponen la grasa y los músculos para obtener energía y pierdes peso.
Cambios de comportamiento: irritabilidad, cambios de humor y sensación de desánimo debido a las fluctuaciones en el nivel de azúcar en sangre causadas por la diabetes.
Visión borrosa: no es un síntoma común, pero puede ocurrir si el nivel de azúcar es muy alto.

¿Cómo se diagnostica la diabetes tipo 1?

Para confirmar un diagnóstico de diabetes tipo 1, es posible que el médico de tu hijo solicite algunas de las siguientes pruebas, o todas ellas:

Análisis de sangre

Prueba que mide la cantidad de azúcar en la sangre. Los niveles altos de azúcar en sangre muestran que un niño tiene diabetes.

Prueba de hemoglobina A1C

La diabetes también se puede diagnosticar mediante una prueba que muestra cuál ha sido el nivel medio de azúcar en sangre de la sangre de tu hijo durante los tres meses anteriores. Un resultado superior al 6,5% en dos pruebas diferentes indica diabetes.

Análisis de orina

Se puede hacer a través del médico de tu hijo, o puedes comprar tus propias tiras para el análisis online si estás preocupado y quieres controlar los niveles de cetonas de tu hijo. Unos niveles de cetonas en sangre u orina elevados pueden provocar una cetoacidosis diabética, que constituye una amenaza para la vida y requiere atención médica inmediata.

Análisis de sangre adicionales

Para ayudar a distinguir entre la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2, el médico de tu hijo también puede comprobar si hay anticuerpos en la sangre que son comunes en la diabetes tipo 1.

¿Cómo se trata la diabetes tipo 1 en niños?

La diabetes tipo 1 es una enfermedad de por vida y no existe cura conocida. Sin embargo, existen tratamientos muy eficaces que pueden ayudar a los niños a llevar una vida activa y saludable. El tratamiento consiste en la elaboración de un plan de tratamiento por parte del equipo de cuidado de la diabetes, que os indicará a tu hijo y a ti lo que debéis hacer cada día para ayudar a mantener los niveles de azúcar en sangre dentro de parámetros saludables. El plan de tratamiento de la diabetes de cada niño está totalmente personalizado, pero todos los planes cuentan con las mismas 4 partes básicas:

Inyecciones de insulina diarias

A los niños con diabetes tipo 1 se les deben aplicar inyecciones de insulina diarias para mantener su nivel de glucosa en sangre dentro de parámetros normales. La insulina se administra mediante una inyección, o bien mediante una bomba de insulina. Tu hijo necesitará un nivel basal de insulina de acción lenta durante todo el día; también necesitará una dosis adicional de insulina de acción rápida en el momento de las comidas. Las bombas de insulina a menudo se recetan para proporcionar un mejor control, ya que funcionan automáticamente y permiten más flexibilidad a la hora de las comidas.

Seguir una dieta saludable y equilibrada que incluya el recuento de carbohidratos

Una dieta saludable y equilibrada, y el consumo de alimentos adecuados pueden ayudar a los niños con diabetes a controlar sus niveles de azúcar en sangre. Asegúrate de que consuman, en cantidad suficiente, frutas y verduras frescas, carne y proteínas magras, productos lácteos y carbohidratos complejos en cereales integrales. Evita el consumo excesivo de azúcar y carbohidratos procesados, pero no prohíbas del todo las golosinas. Un dietista y el equipo de cuidado de la diabetes de tu hijo pueden enseñaros a él y a ti a contar los carbohidratos y equilibrar la dosis de insulina.

Practicar actividad física con frecuencia

Hacer ejercicio constante ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre. Los niños con diabetes deben hacer ejercicio durante al menos una hora cada día; podría ser un deporte como fútbol o baloncesto, baile, juegos, natación o juegos energéticos.

Controlar regularmente los niveles de azúcar en sangre

Comprobar los niveles de glucosa en sangre es clave para manejar la diabetes. Una revisión mediante punción en el dedo te indicará cuál es el nivel de glucosa en sangre de tu hijo. A continuación, la sangre se analiza rápidamente en una pequeña máquina llamada glucómetro, para proporcionar un resultado. Una opción para los niños que es mejor y más indolora es un monitor continuo de glucosa, que puede mejorar el control del azúcar y dar la voz de alerta si el nivel de glucosa es demasiado bajo o alto.

¿Sabías que...

Los pasteles, los bombones, los dulces y la comida para llevar son caprichos que tu hijo puede comer en ocasiones especiales como todos los demás. Solo debes asegurarte de contar los carbohidratos y administrar una dosis adicional de insulina de corta duración o acción rápida.

Complicaciones con la diabetes tipo 1

Un buen control del azúcar en sangre en niños con diabetes tipo 1 reduce los riesgos y complicaciones a largo plazo, entre los que pueden incluirse:

Problemas oculares
Enfermedad renal
Problemas de los nervios
Problemas en los pies
Ataque al corazón y accidente cardiovascular

Cetoacidosis diabética

La cetoacidosis diabética (DKA, por sus siglas en inglés) es un problema de salud grave que puede producirse si tu hijo tiene diabetes. Constituye una amenaza para la vida y requiere atención médica inmediata. Se produce cuando no hay suficiente insulina en el cuerpo, de manera que comienza a descomponer la grasa en su lugar. Entre los síntomas de la DKA, pueden incluirse náuseas, vómitos, dolor de estómago, respiración rápida, somnolencia y, en casos graves, inconsciencia.