Tratamiento para el TDAH

Aunque no existe una cura para el TDAH, el tratamiento correcto puede ayudarte a vivir una vida plena y de éxito. Los tratamientos eficaces disponibles para controlar los síntomas abarcan desde medicación y terapia a cambios de estilo de vida. Muchas personas optan por una combinación de las tres cosas. No obstante, los expertos están de acuerdo en que la medicación para el TDAH es el tratamiento más eficaz para la mayoría de las personas.

Datos interesantes

Aproximadamente 3 de cada 4 niños con TDAH tienen un familiar con la enfermedad. En ocasiones, se diagnostica TDAH a un padre al mismo tiempo que a su hijo.

Terapia

Muchos tipos de terapia tienen como fin solucionar cualquier problema social, conductual y emocional que pueda experimentar una persona con TDAH. Los tipos de terapia empleados para tratar el TDAH abarcan desde terapia conductual a terapia cognitiva.

La terapia conductual está diseñada para reemplazar comportamientos negativos por positivos mediante un sistema de recompensas. Puede incluir trabajar en grupos pequeños o de forma individual para ayudarte a desarrollar las habilidades sociales que facilitarán tu interacción con los demás. Este tipo de terapia se usa a menudo junto con medicación.

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un tipo de terapia conversacional. El objetivo principal es hacerte reflexionar sobre tus pensamientos, sentimientos y comportamiento. Aunque no aborda los síntomas principales del TDAH (hiperactividad, impulsividad y desatención), la TCC se centra en aspectos como la gestión del tiempo y la procrastinación.

Enfoques de salud complementarios

Además de un plan de tratamiento formal (ya sea medicación, terapia o ambas), dar prioridad a un número de horas adecuado de sueño reparador, ejercicio constante, prácticas de conciencia plena y una dieta nutritiva puede ayudar a las personas con TDAH a reducir su hiperactividad y mejorar su concentración y hasta su estado de ánimo.

Sueño: Muchas personas con TDAH tienen problemas para dormir. Esto puede deberse a un aumento de su sensibilidad a los ruidos o a distracciones en el dormitorio o en casa, medicaciones estimulantes u otros problemas. Mejora la calidad del sueño siguiendo pasos como los siguientes:

Evitar las pantallas antes de ir a la cama
Fijar y seguir una rutina de sueño diaria
Seguir una terapia de sueño

Ejercicio regular: Una creciente evidencia sugiere que la actividad física regular puede aliviar los síntomas del TDAH, ya que el ejercicio desencadena la liberación de neurotransmisores, incluidas la dopamina y la norepinefrina. Los expertos sugieren que los adultos con TDAH pueden beneficiarse de diversos ejercicios: yoga para fomentar la calma y concentración, por ejemplo, o ejercicios aeróbicos para impulsar los neurotransmisores.

Conciencia plena: Se ha demostrado que la práctica regular de técnicas de relajación como la meditación consciente reduce los síntomas de hiperactividad y desatención en adultos con TDAH.

Dieta saludable: Algunos nutrientes esenciales que no deben faltar en tu dieta incluyen ácidos grasos Omega-3 que se encuentran disponibles en los frutos secos, el pescado y otros alimentos grasos. Además de seguir una dieta equilibrada saludable, también debes revisar los alimentos a fin de prescindir de aquellos que desencadenen síntomas. Entre ellos se incluyen el azúcar, la cafeína, los productos lácteos, el gluten y otros aditivos.

Consejos para gestionar el TDAH

Para un adulto con TDAH, puede ser todo un desafío realizar algunas tareas cotidianas, como organizarse, cumplir con las citas, pagar las facturas a tiempo y mantener las relaciones con los amigos y la familia. Algunas técnicas útiles para ayudar a mantener la concentración y recuperar el control sobre las tareas diarias son las siguientes:

Guardar las llaves y otros objetos cotidianos importantes en lugares designados para reducir el riesgo de perderlos.
Elaborar listas de deberes, usar calendarios y agendas, e intentar evitar la procrastinación.
Fijar horas específicas para realizar determinadas tareas. Puede ayudar tener relojes a mano y poner alarmas y recordatorios. Las alarmas también pueden ayudar a planificar descansos durante actividades más largas.
Prever llegar pronto en lugar de puntual a las citas.
Empezar cada día de trabajo dedicando entre 5 y 10 minutos a la organización de tareas. Intenta trabajar en un lugar donde haya el menor número posible de distracciones.
Hacer ejercicio, fijar un horario de sueño para que este sea constante y suficiente, y seguir una dieta nutritiva.