Precalentar el horno a 200/180ºC/ventilador/fuego al 6.
Cortar la parte superior de cada uno de los pimientos y dejarlos a un lado. Raspar las semillas y el núcleo y apoyar los pimientos en una bandeja de horno (tal vez tengas que cortar con cuidado la parte inferior también para crear una base estable).
Frotar los pimientos con una cucharada de aceite de oliva y meter en el horno durante 15 minutos.
Retirar los tallos de las partes superiores/tapas de los pimientos y picar los pimientos restantes en pequeños trozos. Dejar a un lado.
Calentar una cucharada de aceite de oliva en una sartén grande y profunda. Añadir el pavo y desmenuzarlo con una espátula para que se cocine uniformemente. Llevar a fuego medio y remover con regularidad hasta que se dore y quede completamente hecho (unos 4 o 5 minutos). Retirar el pavo del fuego y echarlo en un cuenco grande.
Limpiar la sartén, añadir el aceite de oliva restante y llevar a fuego medio.
Añadir la cebolla y el ajo, y remover de forma continua hasta que estén translúcidos, pero no quemados.
Añadir los pimientos, los champiñones y el calabacín picados, y saltear juntos entre 2 y 3 minutos.
Verter los tomates picados, la pasta de tomate y las espinacas, y cocinar durante 2 o 3 minutos más.
Poner de nuevo el pavo en la sartén e incorporar en la mezcla, asegurándote de que todos los ingredientes se mezclen bien y estén calientes. Condimentar al gusto.
Retirar del fuego e incorporar la mezcla con suavidad en cada uno de los pimientos. No te preocupes si no cabe todo: puedes servir un poco aparte también.
Volver a meter en el horno los pimientos rellenos durante otros 10 minutos hasta que la parte superior quede un poco crujiente.
Esparcir la albahaca sobre los pimientos y servir solos como un tentempié rápido o con una ensalada o una guarnición de verduras para una comida sustanciosa.