Consejos para tener unos pulmones sanos

Aunque la mayoría de las enfermedades respiratorias no se pueden prevenir, una combinación de intervenciones médicas, cambios en el estilo de vida y medidas de prevención puede mejorar significativamente la calidad de vida de aquellas personas afectadas por estas enfermedades. Se recomienda proteger los pulmones tanto como sea posible siguiendo estos consejos:

¿Sabias que...?
Algunas plantas de interior, como la flor de la paz y la cinta, pueden ayudar a purificar el aireeliminando toxinas dañinas como el formaldehído y el benceno, mejorando de esta forma la calidad del aire.

Dejar de fumar y enviar el humo pasivo

Fumar aumenta el riesgo de desarrollar algunas enfermedades respiratorias como el cáncer de pulmón y la EPOC, que incluye la bronquitis crónica y el enfisema. El humo de los cigarrillos puede estrechar las vías respiratorias y dificultar la respiración. Solo 24 horas después de dejar de fumar, el cuerpo empieza a reparar el daño y tu riesgo de caer enfermo disminuye cuanto más te resistas a un cigarrillo.

Mantenerse al día con las vacunas

Muchas enfermedades respiratorias tienen su origen en virus. Vacúnate periódicamente para prevenir enfermedades que puedan dañar tus pulmones, como la COVID-19 y la gripe. Si tienes 65 años o más, o tienes otros problemas de salud, también deberías recibir una vacuna contra la neumonía. 

Mantener limpio el aire dentro de casa

Ventilar con frecuencia los espacios que habitas, usar purificadores de aire y mantener tu hogar libre de humo de cigarrillos, moho, polvo, productos químicos de uso doméstico y otros alérgenos puede mejorar significativamente la calidad del aire interior. Las plantas de interior, limpiar el polvo con frecuencia, encender el extractor al cocinar y evitar el uso de aerosoles como ambientadores, laca y desodorante, son solo algunos de los muchos consejos para mejorar la calidad del aire interior.

Lavarse las manos

La higiene de manos ayuda a evitar el riesgo de contraer una infección viral. Usa jabón y agua o desinfectante de manos con alcohol para limpiarte las manos con regularidad. Esto puede ayudar a detener la propagación de bacterias y virus que provocan infecciones respiratorias.

Llevar mascarilla

Si trabajas en lugares en los que está expuesto a polvo, vapores, productos químicos fuertes o gases tóxicos, ponte siempre una mascarilla o máscara protectora para filtrar las sustancias dañinas del aire.

Hacer ejercicio con frecuencia

Hacer ejercicio de forma frecuente puede ayudar a tus pulmones y corazón a funcionar con más eficacia. Cuando estás físicamente activo, el corazón y los pulmones trabajan más a fin de conseguir oxígeno adicional para los músculos. Procura hacer alguna actividad física durante al menos 30 minutos todos los días para aligerar la carga de tus pulmones.

Aumentar la capacidad pulmonar mediante respiración profunda

Adopta el hábito de practicar algunos ejercicios de respiración profunda todos los días para fortalecer los músculos que usas para respirar y aumentar tu capacidad pulmonar. Los ejercicios de respiración son una forma no farmacéutica de ayudar a personas con enfermedades pulmonares como el asma y la EPOC a controlar algunos aspectos de su enfermedad.

Consultar al médico con regularidad

Visita a tu médico con regularidad para un chequeo que permita detectar cualquier tipo de problema pulmonar con prontitud. Esto es especialmente cierto en el caso del cáncer de pulmón, que a veces pasa desapercibido hasta que está avanzado. Habla con tu médico si experimentas falta de aire, dolor al respirar, mareo con un cambio de actividad, tos persistente, sibilancias o tos con el ejercicio o dolor en las vías respiratorias.