Precalentar el horno a 220/200ºC/ventilador/fuego al 7.
Con un robot de cocina o un rallador de caja, romper la coliflor hasta que su aspecto sea similar a granos de arroz.
Colocar en un trapo de cocina limpio y apretar fuerte para reducir su contenido de agua.
Mezclar el arroz de coliflor, el parmesano rallado, las almendras molidas, el orégano y el ajo en polvo en un cuenco grande. Condimentar bien.
Cascar los huevos en el cuenco y mezclar bien hasta formar una consistencia similar a una masa.
Retirar la mezcla de masa y colocarla sobre un trozo de papel para hornear.
Presionar la masa con firmeza con la punta de los dedos para conseguir una forma redonda similar a una pizza que sea fina, pero no tanto como para que se pueda separar.
Colocar el papel para hornear en una bandeja de horno y meterla en el horno, horneando durante 20 minutos o hasta que quede crujiente.
Mientras tanto, combinar los tomates picados, el puré de tomate, el diente de ajo y las hojas de albahaca en una olla pequeña y cocinar entre 5 y 6 minutos a fuego medio hasta que se convierta en una salsa burbujeante. Retirar el ajo y la albahaca con una rasera y condimentar al gusto.
Sacar la masa del horno, echar la salsa de tomate sobre ella y añadir la mozzarella y los condimentos elegidos.
Volver a meter la pizza con sus ingredientes ya incorporados en el horno y hornear durante 10 minutos más o hasta que el queso quede pegajoso y se dore.
Servir en rodajas, con una pizca de hojuelas de guindilla si te gusta caliente.